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Lunes, 03 Noviembre 2014 20:55

El Tapeque: resistir creando

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Los niños muestran su solidaridad hacia El Tapeque. Los niños muestran su solidaridad hacia El Tapeque. Facebook El Tapeque

 

Pese a la amenaza de desalojo de sus actuales instalaciones, el circo educativo y social no ha dejado de trabajar. Una crónica da cuenta de que sus integrantes han encontrado la mejor manera de seguir adelante haciendo y acogiendo arte. La solidaridad de la gente le ha insuflado más vida al proyecto, que no descarta trasladarse a mediano plazo, pero siempre y cuando halle un espacio adecuado para seguir operando. Entretanto, salen a la luz nuevas historias de quienes han sido favorecidos por sus labores. Una de ellas es la de Alexia, una menor que ha aprendido a combatir el Déficit de Atención con Hiperactividad adentro de la carpa de El Tapeque.

 

Santiago Espinoza A.

 

Adentro del circo

Acaba de anochecer. Desde el circo El Tapeque, erigido sobre una pendiente (la avenida Villarroel, al norte de la ciudad), Cochabamba se revela como un espectáculo de luces, autos y ruido caótico. No es para menos. Es noche de sábado. La ciudad se alista para estallar de gente, música y excesos. Pero no en este lugar. Al pie de esta mediana carpa azul, la gente se agolpa para embarcarse en otro tipo de espectáculo. Su título es “Recreo” y sus intérpretes, los jóvenes artistas del elenco de El Tapeque (bajo la dirección de Edson Quezada) y el grupo musical Guapedazos.

La audiencia está compuesta por niños, adolescentes, jóvenes, adultos (en su mayoría, padres de familia) y hasta algún adulto mayor. Todos buscan el mejor sitio en las graderías de la carpa. El movimiento y el cuchicheo solo se acaban cuando las luces se apagan. Una voz adulta anuncia la obra, “Recreo”, que es la más reciente de El Tapeque. Hacia el centro del escenario se deslizan tres siluetas, se prenden las luces y aparecen tres jóvenes, que, a manera de prólogo, dan cuenta de los conflictos personales, familiares y sociales (como la migración, la pobreza, el trabajo infantil o la discriminación) que condicionan su educación en el colegio. Y es que el título de la pieza alude justamente a las contradicciones que el sistema educativo formal induce en niños, adolescentes y jóvenes a los que no conoce, no comprende y, por extensión, difícilmente podrá educar. Esta premisa la obra la comunica mejor, desde luego. Lo hace apelando a un espectáculo que combina circo, teatro, música y danza.  

Imágenes de la obra "Recreo".Imágenes de la puesta en escena de "Recreo", la más reciente obra de El Tapeque.

 

 

A lo largo de los casi 60 minutos restantes, el escenario alternará monólogos y malabares, coreografías y trapecios, payasadas y canciones, todos interpretados por los mismos artistas: el elenco de El Tapeque y la banda Guapedazos. Esta alternancia tendrá su particular correlato en el público, que basculará entre el asombro y la ternura, entre la risa y la pena, entre el silencio y la ovación. Tampoco faltarán los niños que se animen a interactuar con los artistas, que les hablen, les saluden y se rían con ellos hasta sentirse parte del “Recreo”.

Finalizada la obra, saldrán al escenario los artistas y el director, Edson Quezada. Él hará las presentaciones y agradecimientos de rigor. Y cuando a punto esté de despedirse, hablará de la amenaza que se cierne contra El Tapeque: la solicitud de desalojo de los 180 metros cuadrados que ocupan en la OTB Cantarrana. Lo que dirá, aunque conocido por muchos de los presentes, no dejará de opacar la alegría y el entusiasmo campantes. Quizá consciente de ello conjurará la preocupación y convocará a la solidaridad invitando a todos los presentes a entrar al escenario y bailar. Vulnerada la barrera entre los artistas y el público, el recreo se consumará por completo.

A la salida de la carpa, los visitantes se agolparán nuevamente, pero esta vez para firmar el libro que ha abierto El Tapeque para recibir el apoyo de la gente que no quiere que se marche. Los más grandes firmarán, mientras los más pequeños abrumarán a sus padres con preguntas sobre quién y por qué quiere echar a los artistas de este circo de su carpa. Pocos sabrán dar respuestas convincentes, verosímiles o siquiera sensatas. Después de todo, no es fácil comprender por qué la dirigencia de un barrio puede estar empecinada en prolongar un área verde sobre el espacio que ocupa El Tapeque; por qué insiste en reemplazar un proyecto que entretiene y forma a chicos y grandes por un parque o una plazuela, para las que sobra espacio; o por qué quiere clausurar un circo con el argumento de que está muy próximo a un torrentera, cuando hay decenas de casas que también lo están.

A falta de buenas respuestas, lo que quedará en los asistentes será el compromiso de Edson Quezada para enfrentar este difícil momento: “Vamos a seguir resistiendo, pero haciendo lo que siempre hacemos, que es crear”.  

 

Afuera del circo

Algunos días después de la función de “Recreo”, Quezada se muestra optimista sobre el futuro de El Tapeque. Afirma que han conseguido que el alcalde de Cochabamba, Edwin Castellanos, se comprometa a postergar el desalojo del terreno que ocupan en la OTB Cantarrana hasta que encuentren un nuevo lugar donde poder instalarse en condiciones adecuadas.

El Director de El Tapeque considera que ha sido crucial el apoyo que han recibido de la ciudadanía, tanto de la que ha estado asistiendo a sus espectáculos y ha firmado el libro de apoyo como de aquélla que se ha organizado y manifestado en internet y, sobre todo, las redes sociales. Destaca, en particular, el respaldo que ha prestado la red de iniciativas culturales Telartes, habilitando en su portal un espacio para manifestar su solidaridad con el proyecto y recabar firmas (Ver aquí). A éstas se suman las más de 2 mil que ha recogido en libros que ha hecho circular en su carpa y en otros escenarios públicos de la ciudad.

Quezada reconoce que el traslado de la carpa azul es casi inminente, pero advierte que éste no se producirá por la imposición ni de forma inmediata, tal como lo demandaba la dirigencia de la OTB Cantarrana, con el respaldo de la Comuna municipal Tunari a la que pertenece. Estima que habrá un periodo de transición de unos meses antes de la reubicación.

recreo aficheEl afiche de la obra montada por El Tapeque.

Por lo pronto, ya se barajan dos posibles nuevos lugares para la instalación de El Tapeque: uno localizado a no más de tres cuadras de donde sigue funcionando y otro en Villa Candelaria, dentro del Sindicato Agrario Taquiña (también al norte de la ciudad, pero más hacia el oeste). Quezada cree que es aún prematuro inclinarse por alguno de estos lugares. Antes de hacerlo, afirma, habrá que valorar las condiciones de comodidad y accesibilidad del espacio. Es que el proyecto no puede marcharse a otro lugar sin determinar antes si existen condiciones mínimas –como las de transporte y seguridad- para trabajar y recibir a sus diferentes públicos.

Quezada ve conveniente precisar que El Tapeque tiene tres modalidades de trabajo: la gratuidad de sus actividades (formativas y recreativas) para los niños, la autosostenibilidad mediante el montaje de espectáculos por los que los asistentes pagan y los convenios que les permiten desarrollar proyectos con otras instituciones. Así pues, antes de elegir un nuevo lugar para sus instalaciones, el circo deberá valorar las ventajas y desventajas que ofrecen las diferentes opciones de sede para atender efectivamente a las mencionadas modalidades de trabajo.

Entretanto, Quezada se muestra más sereno y optimista. Cree que esta nueva amenaza de desalojo (la primera se produjo hace como medio año) ha sacado a la luz las muestras de agradecimiento y solidaridad de todos quienes valoran el proyecto, dentro y fuera de Cochabamba. No teme para nada anunciar que en unos días más El Tapeque acogerá la obra de teatro “Las suplicantes”, de un elenco dirigido por Soledad Ardaya. Y se emociona al anticipar que, entre el 26 y 29 de noviembre, participarán y serán sede de un festival de artes integradas, en el que estarán, entre otros, el grupo musical Timpana y el actor, dramaturgo y director de teatro David Mondacca.

La promesa se cumple. El Tapeque sigue resistiendo y lo hace como mejor sabe: creando.


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La historia de Alexia: la niña que encontró su lugar adentro de la carpa azul


Rocío Zabaleta Mercado


Tapeque 2El circo El Tapeque se halla sobre la avenida Villarroel, en la OTB Cantarrana, al norte de Cochabamba.

"Virgencita, ¿me regalas una amiga?". Ése fue el milagro que pidió Alexia en el templo de San Ildefonso de Quillacollo ante el altar de la Virgen de Urkupiña. A sus 13 años, ella ha conocido 11 unidades educativas privadas, públicas y de educación especial, pero en ningún lugar se sintió aceptada y menos motivada. Alexia es una de los miles de niños y niñas que padecen el Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH).

Fue expulsada de una guardería, repitió segundo de primaria y en tercero empezó a quejarse de la violencia en la escuela. Sus compañeros aprovechaban el recreo para golpearla en los pasillos y se sumió en la soledad más grande. Comenzó a treparse a las partes más elevadas del colegio, en un afán de separarse de lo que le hacía daño. La dirección de una unidad solicitó su retiro. Una profesora puso a los padres de otros niños en contra de Alexia, argumentando que ella era agresiva y que su problema podía ser contagioso. Sintiéndose rechazada, Alexia empezó a negarse a asistir a clases, hasta que sus padres, cansados de no hallar respuestas en la Dirección Departamental de Educación, la sacaron del sistema educativo tradicional que no valora las diferencias.

 

La solución, en la carpa de un circo

tapeque fila nocheLas funciones de El Tapeque convocan a personas del barrio y de otras partes de la ciudad.

Luego de varios meses de permanecer fuera de las aulas y de buscar cursos o espacios que motiven a su hija, los padres de Alexia se encontraron con el centro cultural El Tapeque, dependiente de la organización Educar es Fiesta. En la OTB Cantarrana se ha implementado este proyecto de arte circense para niños de 6 a 12 años que son formados en canto, danza, música y terapias de no violencia.

Alexia y muchos otros niños y jóvenes con capacidades especiales han encontrado allí un escenario que, entre sus principios de trabajo, señala que acepta a los niños como son y que promueve el orgullo de ser diferentes. El centro Educar es Fiesta ha generado un proyecto con financiamiento australiano para educar, con arte circense, a niños y niñas que hayan experimentado violencia. Dos veces por semana, Alexia va al circo para aprender música, canto, danza y expresión circense.

"Nuestro proyecto pretende que estos niños rechazados, discriminados o violentados encuentren la paz y la alegría de ser únicos en la práctica del arte circense. Acá no permitimos ninguna violencia, ni verbal ni psicológica, no hay diferencias de hombre y mujer y, sobre todo, se usa terapias de sanación basadas en la confianza en el otro y el arte", indica Edson Quezada, responsable de Educar es Fiesta y del proyecto del proyecto cultural circo El Tapeque.

Alexia llegó a El Tapeque como una persona que no quería ninguna relación con nadie. No hablaba, no interactuaba. Hoy ha cambiado bastante: se siente cómoda porque nadie la agrede, le gusta la merienda porque todos comparten en familia y ya ha participado de su primera presentación de circo haciendo malabares y tocando el cajón peruano.

"Me gusta hacer telas", dice Alexia, refiriéndose a la gimnasia aérea que practica con listones de tela que cuelgan del techo. “Es que entre las telas me oculto y nadie puede hacerme ni decirme nada”, añade. Su madre alienta esperanzas cuando dice: "Amo a mi hija y espero que su sueño de tener una amiga se le cumpla algún día".


El rechazo de la OTB Cantarrana

tapeque fiestaEs común que las obras de El Tapeque concluyan con el público en el escenario, como en una fiesta.

Niños como Alexia, Oliver, Ati, Rafita y muchos otros ahora corren el riesgo de perder el único espacio que reconocen como pacífico, integrador y creativo. Directivos de la OTB Cantarrana, en cuya jurisdicción se asentó El Tapeque, han exigido el desalojo del circo para recuperar 180 metros de área verde. "Ya se precintó la carpa como si fuera el escenario de algún delito y se ha ejercido presiones para que el circo deje de funcionar", confirmó Quezada.

“Muchos padres traen de lejos a sus hijos porque aquí encuentran seguridad, afecto, reconocimiento, pero, si nos vamos, ya no podrán seguirnos por las distancias”, indica Cecilia, coordinadora de los grupos de arte circense del circo.

Los padres de los niños y niñas que asisten a El Tapeque están tristes y, al mismo tiempo, molestos. "Esto es un absurdo. Las organizaciones se oponen a las actividades de un centro cultural y deciden desalojarlo, pero no se oponen a la presencia de locales de expendio de bebidas alcohólicas cerca de los colegios o en zonas residenciales. Están enseñando con ejemplo que a quien hace cultura y labor social hay que combatirlo, pero al que lucra con la salud de los jóvenes hay que respetarlo", protestó Moisés Malpartida, padre de uno de los niños que van a El Tapeque.

Los padres decidieron convocar a la Alcaldía, la Gobernación y las organizaciones de derechos ciudadanos a crear una plataforma de defensa de instituciones como El Tapeque, "que nos ayudan tanto a quienes tenemos niños con capacidades especiales y que queremos opciones de diálogo, no disposiciones de desalojo", informó Malpartida.

"La cultura de respeto a la diferencia y el ejercicio de tolerancia comienzan en la gestión pública. En tanto tengamos instituciones involucradas y sensibilizadas con la temática de la educación especial y los requerimientos de niños y jóvenes con capacidades diferentes, podremos plantear soluciones es el pensamiento que señalan artistas, padres de familia y vecinos que apoyan el proyecto cultural", señala una de las conclusiones de la reunión de padres de niños y niñas que asisten a El Tapeque.


Un sistema escolar que no valora la diferencia

La Constitución Política del Estado reconoce el derecho a pensar y ser diferente; sin embargo, el ejercicio de los derechos ciudadanos en Bolivia sigue tropezando con situaciones que no han podido superarse pues vienen de prácticas transmitidas de generación en generación que se niegan a cambiar.

El sistema escolar no ha podido generar espacios donde los niños con capacidades diferentes o especiales puedan ser aceptados, por falta de especialización de sus recursos humanos, por falta de infraestructura y por ausencia de una pedagogía de respeto al ser diferente.

"El problema con el sistema escolar formal es nuestra principal preocupación. Estos niños tienen el derecho a ser aceptados en la escuela primaria y secundaria, pero deben ser atendidos por personal que se involucre en la problemática y se forme para trabajar con esta población. En Bolivia no hay estadísticas oficiales, pero son cuatro de cada diez niños los que presentan problemas de atención y neurológicos", señala Vilma Jaldín Pediatra, especialista en trastornos de atención y epilepsióloga.

Según su experiencia, el 100% de sus pacientes ha experimentado discriminación y violencia en aula. “Tengo la impresión de que en el país tenemos prácticas cada vez más intolerantes con esta población. Se los golpea, se los insulta, se los aísla y se ejerce presión sobre las familias para obligarlos a sacarlos del sistema educativo”, indica.

Resulta una tortura para los padres, explica la neuróloga, el recoger a los hijos del colegio, "porque te rodean padres de familia, algunos iracundos, que empiezan a amenazarte por si tu hijo se acerca al suyo o si le hace algo; otros para quejarse sobre actos impulsivos; en otro caso son los niños los que te rodean y te preguntan: ¿por qué tu hijo es así? O en otros casos son la profesora, la psicóloga, la directora o la psicopedagoga las que cuestionan a los padres, pero no ofrecen soluciones reales para los chicos con problemas de aprendizaje". 

La soledad es otro de los problemas que enfrentan los niños con capacidades diferentes, pues son ellos los aislados que no establecen relaciones de amistad duraderas, tienen problemas de socialización y generalmente evitan el contacto con los otros, para evitar agresiones de otros niños. 

 

La reforma educativa y los espacios para la educación especial

Tapeque 4La amenaza de desalojo contra El Tapeque ha movilizado la solidaridad de chicos y grandes.

La Ley 1565 Avelino Sinani plantea una reforma a la educación boliviana para hacerla más crítica, más integradora y justa; sin embargo, en su aplicación piloto anuló las competencias de las unidades educativas especiales que dependían del Ministerio de Educación.

La unidad educativa Marianne Frostig funcionaba como escuela fiscal y desarrollaba un trabajo para preparar a niños con discapacidades físicas y mentales, además de niños con capacidades especiales para poder rendir en el sistema escolar formal. Así, evitaba la deserción de esta población, pero desde este año se quitó toda la capacidad de funcionar como escuela de convenio; ya no puede evaluar ni promover de grado a sus alumnos. Lo mismo ha pasado con el centro Consipe y con todos los centros que habían desarrollado una metodología de trabajo con esta población, los cuales se han visto obligados a convertirse en centros de apoyo didáctico, pese a que se han especializado en el trabajo con niños con TDAH.

El Gobierno plantea que hará una propuesta de intervención gubernamental en estas unidades educativas especiales para promover una educación diferenciada por niveles y generar el bachillerato técnico en esta población, pero es un proyecto que aún no tiene sustento ni un financiamiento real.

La población de niños y adolescentes con TDAH ha sido abandonada por completo en el sistema de  educación primaria y secundaria. Las familias se han cansado de buscar escuelas que respeten el derecho a ser diferente y que promuevan valores de no violencia y de cero tolerancia al bullying, "Nos hemos quedado sin opciones y ahora nos quieren quitar El Tapeque", dice Rocío, la madre de Alexia.

 

 

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Ida Peñaranda

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