Carla Hannover / La Paz

Con el hurto de la acuarela "Teatro de los descubridores", de Mario Conde, "los bolivianos perdemos una parte invaluable de la historia de la pintura contemporánea”, explica el artista José Bedoya, curador del Museo Nacional de Arte.

La acuarela fue robada el 12 de agosto, cerca de las 16.00, de la sala 7 del museo Tambo Quirquincho, denominada “Grandes Maestros”, pues es ahí donde se exponen las obras ganadoras del Gran Salón Pedro Domingo Murillo, uno de los concursos más longevos de arte del país. Andres Zarati, secretario de Culturas del municipio de La Paz, oficina que tiene bajo su tuición ese espacio de calle Evaristo Valle de La Paz, explicó que "se ha realizado la denuncia correspondientes a la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen (FELCC) y se ha hecho la toma de las huellas digitales para poder identificar a la persona y luego ver las acciones que se tomarán”.

Fotografía del cuadro "Teatro de los descubridores", de Mario Conde

Según la autoridad, “la persona que se llevó la obra estuvo rondando el museo por más de una hora y media y aprovechó un descuido del personal del museo. Es la primera vez que sucede. Sin embargo, vamos a elaborar una evaluación y diagnóstico de los sucedido, veremos un poco el contexto y a partir de ello se determinarán algunas acciones para reforzar la seguridad. Es importante mencionar que éste es un caso fortuito, pues si hubiera una baja de seguridad constante en el museo, estas cosas habrían sucedido en otras oportunidades”.

Fortuito o no, el hecho es que el ladrón que ha sustraído la pieza aprovechó un punto ciego de las cámaras de seguridad instaladas en la sala y tuvo el tiempo suficiente para desprender la acuarela del marco. El video de las cámaras de seguridad del museo, da cuenta únicamente del ladrón saliendo de la sala con el lienzo enrollado. “Sólo se llevaron la acuarela y dejaron marco, passepartout y vidrio”, denunció esta mañana Eynar Rosso en el grupo de Facebook de La Pública.

Bedoya, por su parte, considera que vulnerar la seguridad de varios museos bolivianos parece una hazaña sencilla. “No todos nuestros museos tienen los mismos estándares de seguridad. Que una persona entre y saque una obra del museo cuestiona mucho los niveles de seguridad existentes allí. Estamos ante un problema de falta de equipamiento y de personal de seguridad”, explica el curador que lleva más de una década en el Museo Nacional de Arte.  “Por ejemplo, la Policía asigna para nuestros museos, a duras penas, uno o dos oficiales. El municipio a veces no destina los recursos necesarios para estos temas pues no se comprende bien la importancia de preservar estos bienes culturales. Estamos ante un problema estructural que hay que solucionar”.

Teatro de los descubridores

La acuarela perdida es emblemática de la obra artística de Conde, pues con ella se impuso en 1992 en el Gran Salón Pedro Domingo Murillo. “Teatro de los descubridores interpela y cuestiona los 500 años del descubrimiento (encuentro o desencuentro) de América. Fue una pieza muy discutida entre los jurados del premio en 1992 porque incluía imágenes preencontradas, es decir: la pieza reunía imágenes que Mario había encontrado en otras publicaciones y que él las había reinterpretado y agrupado.  En ese momento se cuestionaba mucho esas prácticas que en la actualidad vemos como normales en el arte”.

Mario Conde (1959) es un acuarelista paceño considerado por la crítica como un artista instintivo, “próximo aquí al surrealismo visionario, allá poniéndose en contacto con la realidad humana de la calle”, escribió en 1993  Francis José Valdés. “Las obras de Conde son un itinerario profuso por la historia y el subconsciente atormentado, donde se mezclan las emociones de la infancia y las ansias del adulto. Mario se sitúa al margen de la unidad temática, logrando un gran estilo que suspira ecos de collages, sones de fotomontajes y admiraciones retenidas a Dalí, Cocteau, Bretón, los dadaístas, los malditos, los heterodoxos, recuperando esos antiguos inquilinos del habitaciones podridas”, se lee.