“Ya el centro está difícil por el congestionamiento vehicular y se complica más con el Plan Piloto de Peatonalización (PPP). Mis clientes se quejan de la dificultad que tienen para llegar aquí. Por cualquier cierre de calle el centro se vuelve un caos. Los únicos que se benefician con el PPP son los son restaurantes porque ellos sacan mesas afuera. Sin embargo, todas las tiendas están afectadas.
Los comerciantes no estamos de acuerdo con el PPP. Recolectamos firmas para que se reduzca. Ésta no es una ciudad modelo para este tipo de medidas: no tiene la infraestructura, los garajes los cierran esos días y, además, muchos de ellos están en las mismas calles que se vuelven peatonales. Hay muchas cosas que corregir primero, como la presencia de los vendedores ambulantes. A los comerciantes y propietarios de comercios nos da mucho temor que las calles se lleguen a cerrar definitivamente”.