Gemma Candela / Santa Cruz
Cuando las mujeres son adultas, es más complicado demostrar la violación, según Teresa Torrico, abogada que lleva 18 años en la Casa de la Mujer. “Cuando se trata de menores se suele cumplir los procesos. Cuando la violencia la ejerce la pareja, es todavía más difícil llevar adelante el juicio”.
Aunque la celeridad es uno de los principios procesales de los casos de violencia, como el de gratuidad, "la pena es que no se cumple. Muchas mujeres abandonan por el cansancio", asegura Torrico. En uno de los últimos casos mediáticos, el de Veruska Valdivia, se comprueba que la velocidad no es, precisamente, lo que caracteriza los procesos: ha pasado un año y tres meses y todavía no ha empezado el juicio. Sin embargo, la madre de Versuka, que es la querellante, ya ha tenido que asistir a varias audiencias de solicitud de cesación de libertad solicitadas por uno de los acusados, Gustavo Monje Burga.