Mabel Franco, Cochabamba

El bullado caso del bebé Alexander no es excepcional, ha escuchado decir Celia Jordán Green de boca de quienes crecieron en hogares para huérfanos. Su experiencia como madre adoptiva le lleva a promover la que considera es la única medida para responder a la ofandad: las adopciones. La entrevistada analiza la realidad que permite o perjudica esta salida en Bolivia.

¿Cómo llegaste a ocuparte de un tema como éste, qué te motivó?

Soy madre adoptiva de una niña y un niño, que ahora ya son adolescentes. También tengo un hijo biológico. Con mi marido decidimos adoptar. Entonces la motivación sobre el tema comienza en mi propia vida. Además me interesa mucho la parte educativa familiar y mi deseo era conformar un grupo de familias adoptivas para trabajar sobre el tema y lo conformamos el 2003.

¿Qué has descubierto en el tiempo que llevas conociendo esta realidad y que permite tener un panorama del tema adopciones en el país?

Problemas: En Bolivia el tema de la adopción pasa primero por la creencia errónea de que el amor entra por la sangre. A muchos bolivianos les cuesta aceptar que los lazos de sangre no son importantes para albergar en nuestro corazón a nuestros hijos y ese lazo de sangre inexistente no nos impide amarlos, cuidarlos, protegerlos y respetarlos. Es por eso que muchas personas te cuentan historias de adopción, pero que son negativas, y que generalizan a todas las adopciones. Así que es importante la mirada cultural pues ésta afecta a autoridades, jueces, psicólogos, trabajadores sociales, educadores, sociedad en general. Entonces, como tenemos ya esa mirada negativa en muchos técnicos que intervienen en el proceso legal de la adopción, aparecen los problemas, las susceptibilidades, las dudas, las oposiciones, las desinformaciones, la ausencia de sensibilización, etc.

Facilidades: A pesar de ese panorama podemos encontrar autoridades, técnicos y personas de la sociedad sensibles al tema de la adopción. Es con esas personas que vamos trabajando en la temática.

Además los requisitos para adopción no son muchos.

Ganancias: La más importante, que los niños y niñas que viven en los centros de acogida, que son mal llamados “hogares”, gocen de una familia que los ame, cuide, proteja y respete. Que la sociedad vaya visualizando alternativas de familia, como la adopción.

Pérdidas: Niños y niñas que van creciendo en los centros de acogida esperando tener una familia que nunca llega.

Familias que esperan un niño o una niña y que por la tardanza frustran en su deseo de ejercer el rol padre y madre.

Técnicos frustrados por no tener el poder de agilizar los trámites que permitan que un niño o niña sea reinsertado a su familia biológica o adoptiva.

Oportunidades: Creo que somos una sociedad sensible pero desinformada que con el tiempo puede llegar a aceptar primero: que todo niño y niña debe vivir en una familia y segundo: que la adopción es otra forma de tener familia.

Como familias adoptivas realizamos cada año encuentros nacionales con el fin de informar y sensibilizar a las autoridades, técnicos y sociedad en general sobre la adopción. Este año tuvimos nuestro VI Encuentro Nacional de Familias Adoptivas en Sucre, el 4 y 5 de Julio.

Dificultades:

- Sensibilización de todos los gobernantes que no priorizan el tema de la niñez

- Cambio constante de personal de los SEDEGES, institución que es primordial para el proceso de definición de la situación legal de los niños, niñas y adolescentes.

- Poca información sobre el tema de adopción

- Poca capacitación de los técnicos en el tema de niñez

- Poca coordinación entre instituciones que intervienen en el proceso en cada departamento y peor aún de un departamento a otro.

- Creencias erróneas de la sociedad: Por ejemplo que los niños, niñas y adolescentes están bien en los centros de acogida porque tienen comida y ropa. O que no se puede querer a un hij@ que no nació de la panza, etc.

¿Qué es la  Red por mi derecho a tener una familia?

La Red se ha creado por nuestro interés y la de otras instituciones preocupadas por la niñez en situación de abandono. Las experiencias en nuestras instituciones sobre jóvenes que habían sido institucionalizados casi toda su niñez y que como consecuencia carecían de un núcleo familiar, de afectividad y de apoyo nos impulsaron a la creación de una instancia que pudiera aunar esfuerzos y luchar por el derecho de todo niño, a tener una familia. Iniciamos nuestras actividades el 2009.

Son parte de la red ahora: ASCA un grupo de jóvenes exinstitucionalizados denominado “Amigos solidarios contra el abandono”, Hogares de Amor para niños y niñas, Familias Adoptivas de Cochabamba, Asociación Creamos, Encuentro Temprano, Fundación Niños con Valor, Centros de Acogida: Hogares de Amor para niños y niñas, Casa de los Niños, Corazón de Pastor, El Refugio, Centro de Atención Integral y personas particulares de la sociedad.

Conoces el caso del bebé Alexander. En tu opinión, ¿es una excepción?

Como red hemos podido oír testimonios realmente horrorosos de maltrato físico y psicológico de jóvenes que han vivido su niñez en centros de acogida. Y que se dan por hacinamiento, mezcla de población, personal no capacitado, desconocimiento educativo, etc. etc.

Cito un testimonio de un joven (G.C.) que vivió en un “hogar” y que habla del bebé Alexander. “El caso que están dando a conocer los medios de comunicación es el menos relevante, tras de ello existe una realidad de maltrato; los educadores te pegaban de la nada, te obligaban a comer pan duro y hacer cosas que no podías (por tu edad). Hasta las evaluaciones psicológicas son un trauma por el trato. La mayoría de los niños que egresan de los hogares salen con odio y rencor, ¿dónde está el Gobierno?” (El Diario, 25 de noviembre de 2014)