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Martes, 26 Mayo 2015 16:19

Mamá sola, fuera de toda previsión, pero sin drama

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A los 19 años Fabiana sabía lo que quería: “Ser diplomática y conocer el mundo”. Estaba estudiando administración hotelera en La Paz y tenía previsto, poco después, empezar la carrera sobre relaciones internacionales. Pensaba que sería mamá algún día, un día lejano, y ni siquiera eso era un plan establecido. Las cosas se dieron de otro modo y, de repente, se enteró de que en nueve meses tendría a su bebé, y de que lo criaría sola. 

Gemma Candela / Santa Cruz

mama solaCuando Fabiana tenía 19 años salía con un hombre 17 años mayor que ella. “Yo pensaba que era algo serio, maduro”. Esta paceña estudiaba administración hotelera y tenía previsto estudiar la carrera diplomática. Entonces, por temas familiares, le salió la oportunidad de trasladarse a Santa Cruz y la pareja acordó que se marcharía a la ciudad oriental.

Ella se trasladó primero. Fue al llegar a la nueva urbe cuando supo que estaba embarazada. “Al contárselo, él me dijo que era estéril”. Y, antes que a nadie más, llamó a sus mejores amigas, a casi 900 km de distancia, allá en La Paz, para pedirles que la ayudaran a reunir las fuerzas suficientes para contárselo a su madre. “Nunca pensé en el aborto”, afirma. Sin embargo, no se vio capaz de poner en situación a la futura abuela. Entonces, sus amigas la acompañaron a hacerse su primera ecografía.

A los tres meses de embarazo, nadie en la familia sabía nada sobre el tema. “Piensas que tu papá se va a morir, o que te va a matar, o a quitarte el apellido…”. Pero se atrevió. “Todos reaccionaron de la mejor manera”, recuerda con una sonrisa.

Cuando llevaba seis meses de gestación, Fabiana se enteró de que el hombre con el que salía y que se desentendió de todo acababa de ser padre con otra chica. Y eso fue lo último que supo de él: ni le contó nada sobre la niña que estaba en camino ni nunca le pidió una pensión. Su familia al completo se hizo cargo de ayudarla.

Hace ya nueve años que, mediante cesárea, nació Valentina. Madre, tíos y abuelos, felices. Eso sí, la vida de Fabiana ha cambiado desde entonces: “Ya no puedo ir a fiestas porque soy madre. Y en mi familia piensan que me voy a volver a embarazar. Es algo que nunca te perdonan”.

Gracias al apoyo económico de su padre, Fabiana pudo cuidar de Valentina al 100% durante los primeros años de la niña. Luego, decidió abrir un negocio y las dos se fueron a vivir solas.

Le hace gracia cuando escucha a la gente decir “pobre madre soltera”. Y es que, aunque Valentina y ella hayan vivido largos meses a base de fideo con huevo, sin poder pagar la pensión escolar o viajando en micros repletos que Fabiana transformaba un día en barco, otro en helicóptero, al puro estilo de Guido Orefice en La vida es bella, una puede elegir con qué vestir o qué creencias infundir a su hija sin tener que discutirlo con nadie.

No pudo matricular a su hija en el colegio que quiso (religioso) porque, al no decir que la niña "no tiene papá", la dirección del centro educativo rechazó la solicitud, a pesar de que Valentina había hecho sin ningún error la prueba de acceso. “Es necesario cambiar el concepto de qué es la familia. No es papá, mamá, hijos. Es mi hija y yo, mamá y mamá y papá y papá”, explica en su tienda de decoración. Espera que, para cuando la pequeña sea grande, el negocio también lo sea y pueda dejarlo en herencia a su hija.

Este año Valentina ha decidido no participar del festejo a la madre que se hará en el colegio porque su curso bailará, con faldita y top, reguetón, y no le gsuta. No ha sido fácil convencer a los docentes, que le dijeron a Fabiana que esa actividad también será evaluada por el profesorado; pero ella ha pedido que le hagan a su hija un examen por escrito sobre contenidos que le resulten útiles, y que no la obliguen a bailar. 

Cree que si a otras madres y padres no les importa que sus hijas e hijos bailen reguetón, es porque no están todo el tiempo pendientes de sus pequeños, de sus opiniones, de qué hacen en la escuela... ya sea porque no pueden o porque no quieren. “Es diferente que quieras tener hijos a ser madre. Madre es estar con tu hijo, valorarlo, pasar tiempo con él, involucrarte, estar, sentir. Que lo críes tú y no tu empleada, o la abuela”.

A los 19 años, Fabiana no se veía como madre, mucho menos en las condiciones en las que se ha dado.  "Mi idea era conocer el mundo, pero no cambiaría por nada en el mundo el haber tenido a mi hija". 

Visto 2076 veces Modificado por última vez en Miércoles, 17 Junio 2015 11:23
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