Cada domingo de buen tiempo en Santa Cruz (como son buena parte de los domingos en esta ciudad) la escena en el Parque Urbano es la misma: grupos de amigos, familias y parejas disfrutan de las últimas horas del fin de semana en esta área verde de la urbe de asfalto. Vendedores de somó, de choripanes y pacumutos, de algodón dulce y manzanas cubiertas de caramelo hacen su negocio. Y, cada lunes, sin fallar, se repite esta imagen: césped cubierto por vasos y botellas de plástico, servilletas, bolsas y envoltorios. Cierto es que no hay suficientes basureros (aparecen rebosantes cada comienzo de semana), pero tampoco hay la cultura ciudadana de llevarse en el bolso, la mochila o la mano la basura la propia basura. También los lunes hay quien saca provecho de esta situaciòn: los recogedores de productos reciclables. Un anuncio municipal ofrece una solución que consiste en multar con Bs 828 a quien riegue basura por las calles. Habrá que esperar a mediados de 2016 para ver si funciona algo así.