Lunes, 29 Agosto 2016 20:01

Las páginas web han muerto… ¿quién vive ahora?

Aron Pilhofer, editor del área digital de The Guardian, presenta en el Media Party el modelo de periodismo participativo. Aron Pilhofer, editor del área digital de The Guardian, presenta en el Media Party el modelo de periodismo participativo.

Lejos de amainar, la crisis de los medios de prensa se agrava. Apostar a contar historias desde multiplataformas digitales, pensar en móvil y construir comunidad parecen ser las fórmulas para hacer frente a la tormenta. Experimentar y pensar en un equipo multidisciplinario es la premisa. Presentamos algunas de las iniciativas que han logrado ser exitosas y que se mostraron en el Media Party, el encuentro de innovación periodística más importante del continente.

Javier Badani / periodista / @jbadani

“Websites are dead”. Lo asegura Lauren Rabaino, una de las directoras ejecutivas de Vox Media. Y si lo dice una de las mentes creativas de uno de los medios de comunicación digital más innovadores del mundo, pues no queda más que detenerse, afinar los oídos y prestar atención. 
 
Convengamos en que nada novedoso hay en decir que los medios impresos en todo el mundo están en crisis. Sus ventas siguen cayendo y sus redacciones reduciéndose a la par que las empresas ajustan más sus billeteras a la hora de publicitar sus productos o servicios en los periódicos. Aron Pilhofer, editor del área digital de The Guardian, lo acaba de decir fuerte y claro: "Los días están contados para las ediciones impresas en Estados Unidos.” 
Lo interesante, en todo caso, está en analizar cuáles son los virajes que están asumiendo los medios para campear la tormenta. Y una rápida mirada  permite ver que esos giros tienen, al final, un sólo destino: apostar a narrar historias desde multiplataformas digitales, pensar en móvil y construir comunidad.
Algunas experiencias se mostraron en el Media Party 2016, en Buenos Aires, uno de los encuentros de innovación periodística más importantes del continente. 
 
Rabaino llegó al #MediaParty2016 directo a patear el tablero. Porque en su charla fustigó a quienes aún creen que ser un medio digital se circunscribe tan sólo a contar con una página web con buen contenido periodístico. Pues no. El periodismo en la era digital va más allá, mucho más allá. Los datos de comportamiento de usuarios en internet demuestran que se debe pensar en el uso de varias plataformas. En Estados Unidos, por ejemplo, el 65% del consumo digital de noticias se realiza desde los celulares y las tabletas. Y lo más interesante es que de ese porcentaje el 88% de ese consumo de información se realiza desde aplicaciones móviles. Facebook, YouTube y otros lideran la preferencia de los usuarios a la hora de acceder a información. En La Pública hemos corroborado que el mayor tráfico hacia nuestra página web se da desde Facebook móvil. ¿Y esto qué significa? Pues que por más bonita y sexy que sea tu página web, lo más probable es que ni tu madre entre por sí sola a ver las novedades que se han ido publicando. Lo más seguro es que lo haga impulsada desde otra plataforma y de seguro desde el celular. Esto implica, entonces, que las redacciones de prensa y sus unidades digitales deben dejar de poner todos sus esfuerzos en generar y centralizar sus contenidos en sus páginas web y apostar más a difundir su trabajo desde distintas plataformas. “Las páginas web son una pieza de la ecuación pero cada vez más son la pieza más pequeña. Tenemos que salir a buscar a nuestros lectores donde ellos están y moldear nuestra propuesta informativa para esos espacios”, remata Robaino, quien lidera el equipo de experimentación de Vox: Vox Media Storytelling Studio
 
El primer paso es obvio: empaparse de las lógicas que se mueven en las distintas plataformas digitales. No es lo mismo publicar en Facebook que hacerlo en Snapchat. Ni igual compartir un audio que un video de YouTube. Ni son las mismas audiencias ni pueden ser los mismos contenidos. Y esto nos lleva a otro punto fundamental: el análisis de nuestras audiencias, las ya cautivas y a las que queremos llegar. Y en esa línea, contar con un minucioso conocimiento de las métricas que se generan desde nuestras páginas y desde otras cuentas. Los editores digitales deben saber al dedillo cuáles son las notas y reportajes que más han pegado y las que menor repercusión han logrado. Deben indagar de qué está hablando la gente, de qué se queja; qué le alegra, qué le causa indignación. Y entonces, en función de los intereses de los lectores y a los análisis de reacción de contenidos, las salas de redacción digitales pueden definir con mayor seguridad los temas, las plataformas y las herramientas que deberán utilizar para presentar su propuesta informativa.  
 
Para lanzarse a la aventura tecnológica no basta con contar con periodistas. Los medios deben potenciarse con al menos un desarrollador y un diseñador web que trabajen codo a codo en la planificación y en el empaquetado final de las propuestas informativas. Más que en salas de redacción hay que pensar en laboratorios multidisciplinarios digitales para el periodismo, como The Guardian, uno de los medios tradicionales que ha sabido abrazar lo digital. Su editor, Aron Pilhofer, es una clara muestra de que un periodista de vieja guardia puede devenir a lo digital con éxito ("los dinosaurios también evolucionan”, diría Oscar Castilla, del peruano Ojo Público). Aplicaciones de noticias (como Where can you afford to buy a house), videojuegos y experiencias de realidad virtual (como 6x9 A virtual experience of solitary confinement) y arriesgadas visualizaciones forman parte del trabajo desarrollado por el equipo multidisciplinario de Pilhofer, impulsor del “periodismo participativo”: interactivo, colaborativo y experimental. En esa línea, el equipo de realidad virtual de Clarín (Argentina) acaba de lanzar ESMA: sobrevivientes del infierno, el primer videoreportaje en realidad virtual y 360° 3-D realizado en las entrañas de la ex-ESMA, espacio utilizado por las dictaduras militares para detener y torturar personas.
 
Producir para y desde distintas plataformas digitales y pensar en móvil parece ser la receta que podría ayudar a salvar a muchos medios de prensa. Generar marcas especializadas parece ser la otra. Vox cuenta con unas 8 marcas propias, pensadas como productos individuales que apuntan a distintas audiencias. Por ejemplo Eater, el espacio de gastronomía o Curved, dedicado a arquitectura. Todas con diseño y espacio propio.
 
Claro, de nada servirá lanzarse a la aventura tecnológica si es que no se piensa en cómo generar conexión de la gente. Y aquí entra la importancia de generar comunidad. El Diario.es -que sin dejar de tocar temas de coyuntura noticiosa apuesta a contenidos de derechos humanos y secciones de blogs de colaboradores- ha logrado que esa comunidad informativa se convierta en soporte económico para mantener su trabajo. 19.000 de sus seguidores se han convertido en socios que aportan mensualmente cinco euros (como mínimo) para que este periódico digital mantenga su independencia económica. El apoyo de la ciudadanía blinda a El Diario.es de los intereses de los grandes monopolios empresariales españoles. En Bolivia, La Pública es un medio pionero a la hora de buscar empatía con sus seguidores. Hemos logrado, desde nuestro grupo abierto en Facebook, generar comunidad con los miembros, quienes no dudan en aportar y sumarse a campañas y proyectos informativos, ya con datos para notas periodísticas ya sumándose a iniciativas. 
 
Sea cual sea la estrategia, lo evidente es que es necesario repensar el periodismo desde lo digital, con una mirada puesta en el ciudadano y sus exigencias. Un reto tremendo para los medios de comunicación en todo el mundo. El desafío está servido.
 
Visto 3410 veces Modificado por última vez en Martes, 30 Agosto 2016 14:00
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