Lunes, 04 Enero 2016 11:28

Santa Cruz o el reinado de la cultura del atajo

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El Índice de Cultura Ciudadana apenas ha cambiado entre los años 2013 y 2015: la población cruceña valora mucho los buenos hábitos en espacios públicos; pero los practica poco. Ciudadanos y Alcaldía se lavan las manos en cuanto a responsabilidades. 

Fabiola Gutiérrez / Santa Cruz 

El habitante del reino del Atajo es como el Jaimito del Chavo del Ocho: prefiere evitar la fatiga y comprar de vendedores ambulantes porque esto le resulta más cómodo. Cree en Wall-E a modo de profecía, así que no separa la basura porque no tiene la costumbre de hacerlo y le falta tiempo; si la luminaria de la calle se estropea, canta la ranchera “Yo no fui” y no hace nada porque no sabe dónde llamar y, realmente, espera que otro lo haga. En época de elecciones es como si fuera jurado en desfiles de moda: elige colores porque los planes de gobierno no los lee (dice que no tiene tiempo y además no sabe dónde encontrarlos). En su barrio es el Grinch el año redondo porque no comparte con sus vecinos pues está trabajando. Y si alguien osa visitarlo, tendrá que resolver el camino de obstáculos que es la acera, pues, total, no es suya. ¿Se reconoce alguien de los que habita Santa Cruz de la Sierra?

Aunque valora la limpieza, la amabilidad y el tráfico ordenado, el habitante de la urbe cruceña no practica hábitos que aporten a la convivencia urbana. Son datos del Índice de Cultura Ciudadana, que no alcanza 40 puntos sobre 100 y que se mueve milimétricamente desde hace dos años: 2013 (36%)2014 (33%) y 2015 (37%). Este estudio abarca seis aspectos: medio ambiente y salud, movilidad urbana, espacios públicos, democracia y gobernanza, seguridad ciudadana y formas de relacionarse. Estos fueron traducidos a 18 hábitos en el XI Foro Urbano. El índice mide la frecuencia de cada conducta, la importancia que se le da, la brecha que existe entre conciencia y práctica, y la razón del incumplimiento. El estudio es realizado por Captura Consulting para la Revolución Jigote.

En los tres años considerados, se repite la gran brecha entre conciencia y cumplimiento: el 90% de los consultados cree que los hábitos planteados son importantes pero sólo el 35% los practica frecuentemente. Quienes menos valoran y, por ende, apenas cumplen son hombres y mujeres de entre 18 y 25 años, de nivel socioeconómico bajo. Las razones del incumplimiento tienen sabor individualista: estar apurado, falta de tiempo, desconocimiento o esperar a que lo hagan los demás. En algunos casos se debe a fallas del municipio como falta de educación vial, ausencia de basureros y señalizaciones.

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Por otro lado, el 54% señala que la Alcaldía Municipal es la responsable de la formación ciudadana. Sin embargo, cuando se le pide que enumere por orden de importancia los problemas que deben atender las autoridades, formación ciudadana queda en el quinto lugar mientras que seguridad ciudadana está el primero, aunque ambos están íntimamente relacionados.

 

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¿Qué dicen los expertos y el municipio al respecto?

Aunque las estadísticas se trabajan ya por tres años –gracias a la alianza de sociedad civil y empresa-, pareciera tratarse de una herramienta poco empleada por el municipio.  A pesar de que se han procurado espacios de socialización de los resultados, como las tres mesas redondas organizadas por el periódico El Deber en 2013, como en 2014 y 2015. Investigadores, expertos en formación ciudadana y autoridades públicas locales fueron convocados a las mesas redondas. El director adjunto de la Oficialía Mayor de Desarrollo Humano, Christian Pérez acudió el primer año. Dando ejemplo, se estacionó sobre una acera para no llegar tarde. En 2014 el entonces -y ahora- Secretario de Desarrollo Humano, Raúl Hevia, rechazó la invitación aludiendo que su especialidad es la salud, y este año la representante de la Gobernación, Paola Parada, se comprometió a acudir pero se echó atrás en el último momento.

En las tres ocasiones se ha dicho que el ciudadano desconfía de lo público, que busca excusas para no cumplir y que sólo hace lo que es obligatorio porque, si no, puede ser multado. Y que reina la cultura del atajo. En "tierra de nadie es más vivo el que abusa. Cada uno vela por sus interesas a costa del derecho de los demás. El resultado es la cantidad enorme de injusticias y el reforzamiento del abuso", se explica enn el Plan de Formación Ciudadana de la Revolución Jigote. “Los que se benefician del caos son los abusivos y corruptos que sacan ventajas que afectan al resto de la sociedad”, indicó la directora de Formación Ciudadana del CEDURE, (Centro de Estudios para el Desarrollo Urbano y Regional), Isabella Prado.

Los representantes públicos manifestaron durante las mesas de debate que la competencia de formación ciudadana corresponde al Ministerio de Educación y en menor medida a ellos. Así, cada Secretaría se hace cargo a su modo, como lo hizo Emacruz con Pepe Mosca (campaña de televisión para el uso de basureros) y la Secretaría de Tráfico y Transporte con el retiro de placas a los mal estacionados. Así lo indicó a La Pública la Directora de Cultura, Patrimonio y Turismo, María René Canelas. Ella reconoció también que hay poco presupuesto y que no existe una unidad que orqueste la formación ciudadana. Pero en ninguno de los casos se cumple con el ciclo de la formación ciudadana que consiste en: informar y motivar comportamientos, dar las condiciones para cumplirlos y ejecutar la eventual sanción, como indican los expertos. Las prioridades parecen ser otras.

Visto 2953 veces Modificado por última vez en Miércoles, 06 Enero 2016 10:50
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