La seguridad alimentaria, la seguridad ciudadana y la seguridad jurídica son tres aspectos que la sociedad necesita tener garantizados para desarrollar su vida cotidiana y su actividad ...
Fernando Botello, seudónimo Limac, participó del II Concurso de Crítica Amateur de Teatro de La Paz con un trabajo sobre la obra de ...
"Nadie nos advierte de la inversión que hay que hacer como espectadores", dice Andrés Escobar Juárez al referirse a la obra "Chancho" de Chakana Teatro (Santa Cruz). "Y tampoco ...
A seis años de Ley 045 contra toda forma de racismo y discriminación, los mecanismos para denunciar discriminación aún no están instalados en Santa Cruz. El ...
No hay rastro ya de los "discas", como la propia gente con discapacidad se denominó, en las calles aledañas a la plaza Murillo de La Paz. Antes de marcharse todos, a principios de ...
Expropiadas las industrias y los bancos bajo el título de nacionalización, implantando el salario en especie, el Estado Soviético se introdujo en complicados procesos que llevaron a la economía al desastre. Es posible que se pueda tener algún éxito si se trata, por ejemplo, de manejar actividades correspondientes a un conjunto reducido de fábricas que componen lo que se denomina la industria pesada, pero jamás para una masiva industrialización de bienes de consumo y de servicios, como el que se ha dado en el mundo moderno.
No es posible realizar un mínimo de evaluación de los alcances de la flamante “Agenda Patriótica”, si no se da un repaso a los elementos centrales que en el tema culturas contiene el Plan Nacional de Desarrollo 2006-2011, que viene a ser la “madre del cordero” y que prácticamente desaparece del horizonte del Estado Plurinacional de Bolivia.
Yo, desde mi realidad cotidiana de persona con capacidades diferentes, desde mi vivencia en carne propia de buscar un empleo y que me miren de pies a cabeza pensando que debe faltarme un tornillo por atreverme a hacerlo, temo que llegar a un acuerdo sea utópico. Y lo digo cuando sé cuánto me cuesta vivir por falta no de ganas ni de ideas, sino de dinero. Quisiera ganármelo, pero las condiciones afuera me lo niegan.
La paradoja va más allá del Gobierno Central, pues hablamos de un corpus de entidades públicas del Estado que lejos de apostar a la apertura de la información pública al ciudadano (derecho consagrado en la Constitución Política del Estado), ha mantenido (y en algunos casos, “innovado”) el secretismo. Gobiernos y administraciones que no tienen la predisposición política de asumir la transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana como base fundamental de su quehacer cotidiano.