Que estos bestias aduaneros (de la paradojal cuna del esencial Vermeer y del no menos trascendental Van Gogh) hayan quemado dos cuadros hechos con coca, asociando el material artístico a la droga, a la cocaína, y a toda la parafernalia hipócrita y esquizoide vinculada a ella, creo que convierte el hecho de la destrucción inmoral de arte, también en una agresión a la cultura ancestral de los pueblos originarios de los Andes. La coca es una planta maestra ligada de manera indisoluble a saberes y tradiciones de dos países, especialmente uno, Bolivia, de donde, no casualmente, es oriundo el artista Ugalde.
En los últimos meses se ha avanzado en involucrar las acciones y demandas al Estado boliviano, una tarea asumida desde la voluntad política del Gobierno a través del Viceministerio de Igualdad de Oportunidades, continuada por el Viceministerio de Derechos Fundamentales, ambos despachos del Ministerio de Justicia. Acompaña la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia como una muestra de mayor profundización social y política en la trinchera de la izquierda boliviana.
El ABC de los obispos debería ser: A=absténganse de inmiscuirse desde la religión en las políticas públicas del país; B=busquen respetar los derechos humanos; y C=condenen la violencia hacia las mujeres, no a las mujeres.
Expropiadas las industrias y los bancos bajo el título de nacionalización, implantando el salario en especie, el Estado Soviético se introdujo en complicados procesos que llevaron a la economía al desastre. Es posible que se pueda tener algún éxito si se trata, por ejemplo, de manejar actividades correspondientes a un conjunto reducido de fábricas que componen lo que se denomina la industria pesada, pero jamás para una masiva industrialización de bienes de consumo y de servicios, como el que se ha dado en el mundo moderno.
No es posible realizar un mínimo de evaluación de los alcances de la flamante “Agenda Patriótica”, si no se da un repaso a los elementos centrales que en el tema culturas contiene el Plan Nacional de Desarrollo 2006-2011, que viene a ser la “madre del cordero” y que prácticamente desaparece del horizonte del Estado Plurinacional de Bolivia.
Yo, desde mi realidad cotidiana de persona con capacidades diferentes, desde mi vivencia en carne propia de buscar un empleo y que me miren de pies a cabeza pensando que debe faltarme un tornillo por atreverme a hacerlo, temo que llegar a un acuerdo sea utópico. Y lo digo cuando sé cuánto me cuesta vivir por falta no de ganas ni de ideas, sino de dinero. Quisiera ganármelo, pero las condiciones afuera me lo niegan.
La paradoja va más allá del Gobierno Central, pues hablamos de un corpus de entidades públicas del Estado que lejos de apostar a la apertura de la información pública al ciudadano (derecho consagrado en la Constitución Política del Estado), ha mantenido (y en algunos casos, “innovado”) el secretismo. Gobiernos y administraciones que no tienen la predisposición política de asumir la transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana como base fundamental de su quehacer cotidiano.