“¿Será que algún día podremos ver gente en una fila esperando comprar un pasaje para viajar en ferrobús o tren?”, sueña Martin Eichentopf en el sitio “La Estación de Trenes ¿al basurero?”. El espacio creado en Facebook en 2012 congrega a 623 miembros, preocupados por el destino de la ex Estación de Trenes de La Paz, que dejó de funcionar hace más de tres décadas y cuya estructura, declarada parte del patrimonio arquitectónico de la urbe, se ha visto en serio riesgo de desaparecer.

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Son jóvenes interesados en mejorar el paisaje urbano, revalorizar la poesía y mostrar el arte de la literatura, como postulan en su página de Facebook, plataforma a través de la cual Bolivia se ha hecho parte de esta movida iniciada en México, en 1996, por el poeta Armando Alanis Pulido. Primero se activó en Santa Cruz, en Cochabamba hace un año y ahora en La Paz y Sucre.

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Internet es el espacio que hace posible tejer TelArtes, una red que agrupa a artistas, gestores y espacios culturales en toda Bolivia, en un proceso colaborativo que va constituyéndose en un referente de trabajo. “Es un interlocutor con voz colectiva”, describe Juan Espinoza, artista y gestor del movimiento que nació, hace tres años, con el objetivo de constituirse en una red de redes desde la cultura para la acción social.

Justicia por la Masacre en Terracor III

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Tocaron el timbre, decían que venían a eliminar a todas las mascotas del barrio; no portaban credenciales ni órdenes, sólo inyecciones. No dieron nombres ni razones, decomisaron perros y gatos de las casas. Los inyectaban, los animales tambaleaban un rato, otros se sacudían y luego morían. Otros no tuvieron tanta suerte, fueron sacados a la fuerza de sus domicilios, sin la autorización de sus dueños, fueron torturados y golpeados en la cabeza hasta quedar muertos, delante de niños y adultos. “Eutanasia” lo llaman algunos, los habitantes de la urbanización Terracor III lo llamaron “masacre”.

Un león atrapado en un zoo altiplánico despertó la conciencia de muchos bolivianos en torno de los derechos que tienen los animales. La triste suerte de Fido dejó una lección y motivó la movilización de gente amante de los animales que hoy usa las herramientas web para evitar que casos así y otros de maltrato se repitan.

Fido era la atracción principal del Zoológico Municipal Andino de Oruro hasta que, debido a las condiciones del lugar y el frío de esa ciudad, enfermó gravemente y falleció en 2007. Antes del desenlace fatal, su difícil situación se difundió a través de los medios masivos, principalmente de La Paz, y la gente se pronunció para exigir el traslado del león a un lugar mejor; las autoridades locales, encabezadas por el entonces alcalde Edgar Bazán, impidieron toda acción al argumentar que la ciudad tiene derecho de contar con un zoo, y la gente, de ver a un león de cerca.