Mijail Miranda Zapata / Cochabamba

El 28 de junio se celebra el Día Mundial del Orgullo TLGB. En Cochabamba, dentro un programa de actividades que se extiende durante el mes, el reciente viernes se presentó el libro “Si tú me dices ven, lo dejo todo”. Este trabajo es una recopilación de entrevistas y testimonios de parejas bolivianas del mismo sexo y fue gestado gracias al impulso de David Aruquipa y el apoyo de instituciones como Conexión-Fondo de Emancipación, HIVOS y Cinemateca Boliviana. El evento se desarrolló en el patio central la Casona Santiváñez y a pesar de las bajas temperaturas contó con numerosa concurrencia.

El material que compone este volumen fue recogido por miembros de la Comunidad Diversidad durante 2013 en las ciudades de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Para lograr su cometido, la agrupación identificó una serie de preguntas, las cuales guiaron las conversaciones con los protagonistas. “Quién soy y cómo me constituyo en mi vida actual, cuál es la historia que construyo con mi pareja, cómo fue el proceso de aceptación de mi homosexualidad y de mi actual relación de pareja en mi familia, qué posición tengo sobre el matrimonio o unión civil, qué asumo en relación con la maternidad o paternidad”, son algunas de las interrogantes a las que tuvieron que enfrentarse los entrevistados.

El texto apunta a visibilizar y borrar los prejuicios que todavía que ciernen sobre las parejas y familias que no se corresponden con las actuales imposiciones sociales. Al respecto, en la presentación Aruquipa mencionó que “el libro es una respuesta a las voces conservadoras de nuestros legisladores y legisladoras, que (…) invocan la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, repitiendo: el matrimonio es entre una mujer y un hombre, por consecuencia no podemos hablar sobre matrimonio entre personas del mismo sexo, porque estaríamos contra los principios de la CPE”. Además, acotó que este razonamiento no reflexiona sobre los verdaderos y negativos alcances de esa afirmación que “violenta y discrimina a los bolivianos y bolivianas con orientación sexual diversa que deciden formar una familia”.

Demanda histórica

La publicación tiene asimismo el objetivo de reivindicar los derechos sociales de esta población, en concordancia a los tiempos que corren en nuestro país y el mundo. “En este proceso de cambio y de validación de las diversidades, en todos los ámbitos, emergemos con una necesidad imperiosa de mostrarnos ante la sociedad gritando ‘aquí estamos, existimos y requerimos justicia social para nuestras parejas y nuestras familias’”, afirmó el autor. Una lucha, que según los representantes de distintas organizaciones, vienen llevando desde hace varios años, primero desde la intimidad y cada vez con más fuerza en los espacios públicos.

Aruquipa, en ese sentido, identifica la formación de la Familia Galán como un hito histórico en la cronología de estas demandas. Agrega que al constituirse una comunidad afectiva y adoptar el nombre de “familia” como decisión política, inspiraron en Bolivia movimientos a favor de las familias diversas y el derecho al amor. “Son las acciones públicas de las Galán las que inician los debates sobre los cuerpos politizados en la sociedad boliviana, interpelando así al sistema patriarcal y heterocentrista. Además de reivindicar el amor como expresión de vida”, considera.

Las Galán

Bajo las tendencias del arte drag queen como estrategia de lucha, en 1997 se formó el grupo de Las Galán. Pero no fue hasta cuatro años después que salieron a la luz. Aquella primera presentación se realizó en el Festival de ciudadanía sexual "Placer en la Plaza". "El calendario marcaba el 9 de diciembre de 2001, cuando los colores de la diversidad se instalaron en la plaza Abaroa (La Paz) bajo el paraguas de la ciudadanía sexual. Era un día domingo, a plena luz del día y al aire libre”. En aquella ocasión, Las Galán fueron invitadas al festival como artistas drag queen y nunca antes se habían mostrado públicamente.

Desde entonces, su arte se constituyó en trinchera política que, desde la apropiación de los espacios públicos, apuntala el activismo pro diversidades sexuales. Con los años se sucedieron muchos cambios, entre ellos la estética de los personajes, que dejaron de ser transformistas, con tendencia a la exageración de la figura femenina, para inclinarse a figuras andróginas y zoomorfas. Estas modificaciones al interior de la Familia Galán y sus sucesivas apariciones en calles, teatros, supermercados, discotecas, plazas, ferias y edificios públicos, en inicio escandalizaron a parte de la población boliviana, pero con el tiempo se han convertido en parte del imaginario popular, sensibilizando y reflexionando sobre la problemática de la homosexualidad en Bolivia.