Nicole Ostertag, Especialista en Psicología Sistémica y en Violencia de Género
¿La televisión boliviana convierte a las mujeres en esclavas de su imagen? ¿Son presas del modelo social y de los procesos a los que tienen que someterse para encajar en un prototipo socialmente aceptado? ¿Será que sufren discriminación por tener que permanecer siempre jóvenes y delgadas? Éstas y otras preguntas me surgen cada vez que prendo la televisión. Así que con el impulso que me dio el video publicado el 19 de enero por La Pública, “Mujeres en la lente Boliviana”, me decidí a escribir mi opinión al respecto.
Claramente, la propuesta televisiva nacional constituye un medio de alcance masivo, el cual no suele tener un filtro sobre los mensajes, imágenes y modelos que plantea a toda la sociedad, utilizando como bandera comercial a la mujer. Pero no a cualquier mujer, sino a la que encaja perfectamente en el molde del estereotipo aceptado y que probablemente cuenta con más y nuevos atributos que se podrían catalogar como recientes exigencias y retos que alcanzar para poder pertenecer a un “modelo social deseado”.
Así, la propuesta televisiva puede resultar una amenaza para la sociedad puesto que propone al televidente un lenguaje verbal y no verbal, exponiendo constantemente a niños, niñas, adolescentes y adultos al bombardeo de estereotipos que van ganando a través del paso de generaciones una condición de perpetuidad en nuestra población. Y que, además, cotidianamente se nutren y refuerzan a partir de la imagen femenina que cabalmente responde al patrón aprobado.
Los responsables de la emisión de mensajes e imágenes que responden y dotan de fuerza a los cánones probablemente no consideran que la colectividad requiere recibir información que brinde un tipo de educación libre de modelos y estereotipos que conducen, desde la infancia, pasando por la adolescencia y llegando a la adultez, a esa inquietud y desesperación por conseguir medidas, peso y actitudes que son difíciles y peligrosas de mantener.
El riesgo de seguir y pretender cumplir con el prototipo propuesto por la televisión está dado por el hecho de que se refleja, sobre todo a la mujer, como únicamente un cuerpo, dejando de lado toda su esencia e integridad, conduciendo a la postergación e incluso renuncia de sus propios deseos. Pero, mientras la sociedad se cuestione y sea crítica a esta situación, existen menos probabilidades de que esto continúe en el futuro, avasallando a la integridad de las personas. Debemos tener presente la necesidad de que cada individuo y cada cuerpo se desarrolle como fruto de una cultura, sociedad y psicología libre de arquetipos, promoviendo un cuerpo con forma propia.
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