"La clase media latinoamericana es la misma, la misma gusanera", lanza la autora indignada por los resultados de las elecciones en Guatemala, Colombia y Argentina. "Quienes votaron por la derecha recalcitrante son los mismos que niegan el genocidio, a los desaparecidos, que insultan a las Abuelas de la Plaza de Mayo, que obligan a los parias a migrar", desafía con su interpretación del proceso político al que le reconoce esperanzas sólo en Argentina.
¿No será que buena parte de la votación negativa a los estatutos autonómicos esté reflejando un rechazo a las determinaciones constitucionales? Ocurre que la Constitución no es estatista únicamente en lo económico, sino que también es irreal porque está completamente alejada de la verdadera capacidad que puede tener un Estado cualquiera y, en particular, el Estado boliviano.
La teoría de creación de riqueza de Marx es una falacia, más aun en el mundo actual donde el 70% de la producción mundial corresponde al sector de servicios. Pregúntele a un profesional de cualquier rubro si su trabajo no aporta en la creación de riqueza en la empresa donde trabaja. A ver si alguien le responde afirmativamente. En verdad, todos los participantes en el proceso productivo contribuyen a la creación de riqueza.
Cuando lloraba mi desconsuelo migratorio, ahí estaba la Violeta Parra cantando en aquella radio de alarma, en las largas horas del invierno aspirando sótanos, salas, lavando baños, planchando y secando ropa en aquella gran mansión; ahí estaban la Violeta y la Mercedes junto a mí.


