Javier Badani / La Paz
Si bien en las últimas décadas América Latina ha dado pasos importantes para impulsar y precautelar los derechos de las mujeres, hoy la región es testigo de una arremetida de los conservadurimos religiosos y políticos. Esto, sumado a las lógicas del capitalismo neoliberal, amenazan todas las conquistas ya alcanzadas y la agenda de reivindicaciones actuales.
Estas son parte de las conclusiones que surgieron durante las “Jornadas Conectar para Emancipar”, que reunió en La Paz a unas 400 activistas y académicas feministas de Bolivia, Perú, Uruguay, Colombia y Argentina.
Organizado por Conexión Fondo de Emancipación, el evento de dos días permitió no sólo apuntar a las amenazas que se ciernen sobre los derechos de las mujeres, sino también a plantear alternativas.
Cuatro paneles sirvieron de marco para la discusión: “Produciendo y reproduciendo dignidad: Derechos económicos y centralidad de la vida”, “Patriarcado, liderazgos y visibilización pública: el marco político de nuestros derechos”, “Mi cuerpo, el lugar que habito: Derechos sexuales y derechos reproductivos para la emancipación” y “Desestructurar violencias: reafirmar subjetividades, consolidar nuestros poderes”. Y las encargadas de gatillar las reflexiones a través de sus exposiciones fueron Natalia Quiroga (Colombia), Lilián Abracinskas (Uruguay), Virginia Vargas (Perú) y Rita Segato (Argentina) y Fernanda Wanderley, María Lourdes Zabala, Ineke Dibbits y Carmen Sanabria por Bolivia.
En el centro de la reflexión se situó al feminismo, desde sus distintas miradas y corrientes, como el ámbito desde el cual se debería encarar a un sistema que socava los derechos de todos y todas, más allá de la agenda reivindicatoria de las mujeres.
En las intervenciones se dejó claro que a pesar de los avances alcanzados por las mujeres en las últimas décadas en América Latina –reflejados, por ejemplo, en la mayor representación política (Bolivia) o la despenalización del aborto (Uruguay)-, la agenda de reivindicaciones de las mujeres se ve postergada y hasta amenazada por la irrupción de voces conservadoras dentro del quehacer político. Esta situación no es exclusiva de países gobernados por regímenes de derecha, sino también en aquellos donde la izquierda progresistas se halla presente.
Situar a las mujeres como sujetos de derecho y no como víctimas, ir más allá de la exigencia de leyes para luchar contra la violencia, explorar la sexualidad y el placer más allá del discurso; interpelar la influencia de los principios religiosos en la toma de decisiones de los gobiernos, exigir no sólo la presencia de las mujeres en el quehacer político sino protagonismo real, respetar las diferencias dentro del movimiento feminista y recuperar las calles como espacio de lucha fueron parte de las propuestas surgidas en las Jornadas Conectar para Emancipar.
