Mabel Franco / La Paz
La denuncia de Liber Soria Romeu contra su exesposa Patricia Kucharsky se retoma en los tribunales de La Paz. Paralelamente, la abogada de ella, Estefanía Suárez, ha presentado una denuncia por agresiones en plena vía pública inferidas contra su persona por Soria Romeu el 14 de marzo, con testigos de por medio.
Kucharsky, que estuvo casada con Soria y que tiene dos hijas de ese matrimonio, denunció en varias oportunidades a quien es hijo del embajador de Bolivia en Cuba, Palmiro Soria, y llegó incluso a pedir protección en la Asamblea Permanente de Derechos Humanos. La entidad la cobijó unos dias al atestiguar la desesperación de la mujer que, en sus denuncias, acompañó certificados forenses y fotografías en las que constan las supuestas agresiones físicas. De todas maneras, no se dio curso a su caso, y Liber Soria ha retrucado con la demanda por difamación, injurias, calumnias y propalación de ofensas.
El 14 de marzo, según consta en el documento presentado por Suárez ante la Fiscal de Materia de Turno de La Paz, Liber Soria cerró el paso a la abogada, en las puertas de la Fiscalía de La Paz, y luego de insultarla, amenazarla y zarandearla, le arrebató unos papeles para regarlos por el piso.
"Yo defiendo a suexesposa, a la que él decía no haber violentado, pero si a mí, una simple abogada, se atreve a maltratarme en frente de tanta gente, qué no le habrá pasado a su exesposa", reflexiona Suárez. Por supuesto, añade, "no nos podemos basar en suposiciones y es por eso que cuento con cinco testigos que han presenciado el hecho tal y como fue, tal y como lo redacto".
Aquel día, Suárez salió de la Fiscalía para encontrarse con una colega, quien no había llegado todavía. Entre tanto esperaba, la abogada se encontró con comunarios de Santiago de Sura Sura, de la zona de Nor Yungas, con quienes se detuvo a conversar. Se despidió y comenzó a caminar por la calle Potosí rumbo a la Yanacocha, momento en que que vio que se aproximaba Liber Soria Romeu junto a su madre. "Sin que yo me diera cuenta, (el hombre) se paró al frente mío de manera muy brusca, torpe y amenazadora", Con el dedo apuntándola, "me dijo que me hundiría en mi profesión porque es poderoso, que soy una abogada basura, que sabía dónde vivo (hecho que es cierto, toda vez que vivimos a unas cuantas cuadras de distancia y su hermano vivía un piso más arriba del mío) y que me iba a buscar para no dejarme vivir en paz e incluso para matarme y demás insultos y amedrentamientos que, como eran tantos, ya ni recuerdo en su totalidad".
Desconcertada, se describe Suárez, y recuerda que él se le acercó más; ella llegó a pensar que la empujaría o incluso golpearía, pues es un hombre alto y estaba furioso, pero lo que hizo fue "zamarronear mi cartera y mi saco, que colgaban de mi brazo izquierdo, y agarró muy torpemente los papeles que también tenía en la mano izquierda (que por cierto son memoriales de mucha importancia en mis otros procesos), en un folder amarillo, y los destrozó y los tiró hasta la mitad de la calle Potosí con la intención de que yo los recoja y pasen los autos en una calle tan concurrida" (sic).
Para respaldar lo que ella narra y que los testigos van a atestiguar, una de ellos su colega que llegó justamente para presenciar las últimas incidencias de ese 14 de marzo, Suárez preguntó en la Fiscalía por las grabaciones de sus cámaras. Se topó con la sorpresa de que, al haberse cerrado las puertas por ser mediodia, éstas no registraron los hechos, menos las externas que, se enteró ahora, "están quemadas".
Suárez, añade en la demanda, recogió los papeles en tanto Soria se alejó hacia donde su madre había permanecido callada. La abogada le preguntó entonces a la mujer por qué no decía nada frente a esa agresión y el hombre intentó avanzar nuevamente hacia ella en actitud agresiva, pero entonces la mamá lo sujetó y ambos se marcharon del lugar.
La abogada expresa que quedó muy asustada. Aún lo está, reconoce, al grado de que ahora le cuesta salir sola. Aun así, lo que más la preocupa es que con sus actos, Liber Soria atenta contra su derecho al trabajo. “Yo no puedo comprender cómo es que por ejercer mi profesión, por defender a mujeres que sufren violencia, por defender a las personas que no tienen recursos y por simplemente ejercer mi derecho al trabajo, en plena calle se aproxime una persona y me agreda, lesione y amenace”.
Estefanía Suárez colabora de manera externa en la oficina jurídica Mujeres en Busca de Justicia del Movimiento social Mujeres Creando. En este sentido, sus servicios en casos de violencia contras las mujeres son gratuitos, hace constar en el documento que está en manos de la Fiscalía.