Miércoles, 26 Noviembre 2014 21:16

Del caudillo al león de papel

Concentración en Santa Cruz en torno del monumento del Cristo Redentor. Concentración en Santa Cruz en torno del monumento del Cristo Redentor. Periódico Los Tiempos.

 

Reflexiones sobre el ocaso del histórico caudillismo cruceño… y una alternativa posible que depende de que todos los ciudadanos asuman responsabilidades y actúen. Porque sencillamente a los caudillos y logieros hace rato que Santa Cruz les quedó grande

Gustavo Adolfo Navarro Occhiuzzo, psicólogo

El caudillismo criollo fue una modalidad de conducción político-militar, cuya impronta imborrable en la historia cruceña la inscribieron los héroes de la independencia que batallaron en los campos de la Florida, Santa Bárbara y el Pari. Transcurrida la primera centuria de la era republicana, el caudillismo de a poco se fue alejando de su esencia militarista para incorporarse con mayor especificidad en el campo de la política. Esto generó que, a lo largo de la historia cruceña, surgiesen caudillos y partidos políticos con los más diversos matices ideológicos.

El caudillismo estaba centrado en el accionar de uno o unos pocos líderes, los que, ostentando una imagen de valentía e irreverencia, lograban contagiar a una población sumida en el malestar un espíritu de combatividad y optimismo capaz de dirigirlos hacia la consecución de ideales de beneficio supuestamente común. Para realizar su cometido, el caudillo hacía gala de su valor y carisma, arengando a las masas o emprendiendo actos de demostración decididos, siempre en concordancia con sus palabras. Recordemos, por ejemplo, que Andrés Ibáñez cambió su traje de doctor por la chaqueta de cuero de los artesanos, para luego marchar junto a la “cambada” que gritaba: “¡Todos somos iguales!”.

En este punto cabría preguntarse, ¿a qué factores obedece la proliferación histórica de esta forma de conducción política? Podría decirse que el caudillismo llegó a empalmar muy bien con la lógica del pensamiento oriental, es decir, fue práctico y pasional y llegó a sustituir, en muchos casos, la construcción progresiva de un proyecto político generador de cambios estructurales. Otro factor importante fue la irrelevancia que Santa Cruz le otorga al desarrollo de las ciencias sociopolíticas y humanas. Incluso en la actualidad, la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno carece de carreras como las de antropología, filosofía e historia, y las licenciaturas en sociología o ciencias políticas son bastante recientes. Lo cual es paradójico si se toma en cuenta referentes nacionales de primer nivel, como Gabriel René Moreno, Humberto Vásquez Machicado, Manfredo Kempff Mercado o Isaac Sandoval, entre otros maestros. Como sostiene Fernando Prado, se ha desvalorizado el desarrollo de estas ciencias porque, sencillamente, no forman parte directa del aparato productivo cruceño. Otros factores importantes que sirvieron de caldo de cultivo para los caudillos fueron la reducida mancha urbana de la ciudad, el aislamiento regional y el escaso desarrollo, como también el carácter conservador de su sociedad.

Esta forma de conducción política tuvo funcionalidad dentro de ciertas coyunturas históricas, cuya máxima expresión, al menos para la historiografía y el ideario “cruceñista”, fueron las luchas por el 11%. Las incidencias de ese hito fueron tendenciosamente absorbidas en el discurso que empezaron a imponer los centros de poder local, encumbrados a partir de la dictadura de Banzer. Desde entonces, salvo contadas excepciones, los caudillos fueron funcionales a los intereses de las élites político-empresariales. Paralelamente a esos hechos, la ciudad venía transformándose de manera vertiginosa y el súmum de esa metamorfosis se pudo observar tras la colisión del proyecto hegemónico del MAS con el de las élites regionales. Entrar en los detalles de lo ocurrido en ese choque de fuerzas excede a este espacio, pero la errónea y cerrada polarización promovida por los caciques locales terminó por disolverse con la celada del “caso terrorismo” y el empleo de la violencia en una parada contra el gobierno. Ante esto, los grupos extremistas locales quedaron dispersos, algunos huyeron, otros fueron apresados e incluso cooptados por el gobierno. La fiera de ronca voz que arengaba a los cruceños ante los pies del Cristo demostró no ser más que un león de papel. Como consecuencia, la población cruceña se quedó sin conducción y a medio despertar del ensueño autonómico naufragó a la deriva, desnudando la obsolescencia de la bravuconería caudillista.

Retrógradas abstenerse

A pesar de esto, algunos sectores continúan sin ver más allá de sus narices, no realizan ninguna autocrítica local, se refugian en retrógradas y paranoides posturas “anticomunistas”, sin darse cuenta de que aquellos que malograron las legítimas demandas regionales, están ahora abrazados a conveniencia con el gobierno. Según ellos, todo es peor que antes y nada ha cambiado, continúan en la nostálgica espera de un héroe que expulse a los “invasores ateos” del occidente, cuando el MAS, les guste o no, constituye ya la primera fuerza política del departamento. Por otra parte, están los que piensan que yendo a gritar ante el Cristo harán la diferencia, cuando ingenuamente caen en la misma lógica reaccionaria. No podemos olvidarnos de la izquierda caviar masista que, para consolidar su poder, no duda en respaldar a los más corruptos y misóginos patriarcas locales, mientras, por ejemplo, despoja ilegalmente de sus cargos a los funcionarios públicos que habían construido municipios modelos como el de La Guardia.

Entonces, de lo que se trata es que desde la juventud surjan nuevos liderazgos transformadores, principalmente de la clase media pensante, que las mujeres suelten las ataduras de Promociones G… y empiecen a asumir un rol mucho más protagónico, que se animen los cunumis, los hijos de migrantes, los obreros e indígenas, capaces de construir una alternativa política con mucha conciencia ciudadana y medio ambiental, distante de la influencia de las logias locales y la hegemonía del MAS. Hay que tratar de meterse en la cabeza que nuestras dificultades ya no se resuelven a los carajazos, ni con reacciones improvisadas, sino elaborando un tejido social inclusivo que descarte de una vez por todas al centralismo conservador de la plaza 24 de Septiembre, articulando a la ciudad con las ciudadelas, releyendo nuestra historia sesgada por la nostalgia y el victimismo, apoyando a las instituciones y activistas que vienen trabajando en el campo cultural, artístico y ciudadano.

Santa Cruz tiene un potencial maravilloso, la cuestión es despertar y animarse, uno por uno, de a poco pero con paso firme, porque sencillamente a los caudillos y logieros esta ciudad hace rato que les quedó grande. Es eso o quedarse en la comodidad de la queja inútil, soportando que se haga de esta ciudad un chiquero. Depende de vos.

Leer también:

http://www.lapublica.org.bo/opinion/item/291-defender-la-cultura-crucena

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