Martes, 26 Mayo 2015 13:15

Los tres mosqueteros de Gloria

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“Ser madre no significa tener una relación de lazo de sangre; es estar unida de una manera incondicional a alguien, con todo el corazón”, es la frase que encontró Gloria en un libro y la cita para definir la adopción. Cuando niña, ella también fue adoptada, así que es su forma de ratificar que para ser familia, para ser madre, hay muchos caminos que escapan de lo convencional.

Fabiola Gutiérrez / Santa Cruz

gloriaGloria aprovecha los silencios para respirar profundo y espantar con los dedos las lágrimas que se le escapan de rato en rato. Recorre su rostro hasta la sien morena, donde crece el cabello corto y de tono rojizo. Éste ha sido distinto en formas y colores a lo largo de sus casi 50 años. Peluquera como es, no podía ser distinto, como no es raro que haya elegido la carrera de Psicología para dar forma a las sesiones que año tras año aceptó de sus clientas.  Está a punto de graduarse de la universidad en Santa Cruz de la Sierra.

Las manos que cortan, peinan y tiñen cabellos todos los días han arreglado también el peinado de Ángela (29), planchado el uniforme de José Carlos (29) y cambiado, hace ya unos cuantos años, los pañales de José Ángel (16).

Cuando Gloria tenía 19 años, después de muchos intentos y tratamientos logró embarazarse y nació Ángela. Cuando la niña tenía 5 años, Gloria perdió al que iba a ser su segundo hijo biológico. Cinco años más tarde llegó un nuevo integrante a la familia: José Carlos, quien pronto se convirtió “en uña y mugre” de la niña. La madre prefiere mantener en reserva la historia de cómo José Carlos llegó a su vida; pero dice que en ese momento el papá biológico del niño ayudaba económicamente y que la madre lo visitaba de vez en cuando. José Carlos fue, pues, hijo de Gloria por casi 10 años y, cuando cumplió 19, migró a la Argentina, luego regresó a Bolivia y actualmente reside en La Paz con su esposa e hijos.

Más y más

La historia no acaba en esos chicos. Cuando Ángela y José Carlos tenían 13 años, Gloria contrató a una persona como ayudante de la peluquería y esa mujer trajo una hermana menor, "era ‘peladita’ y estaba embarazada de cuatro meses; era una niña que iba a tener un niño”, comenta Gloria con el mismo estremecimiento que sintió aquella vez. Ese niño nació y se llamó José Ángel; creció junto a su madre y a Gloria por temporadas, hasta que la joven se casó y se marchó a La Paz. Pronto la familia retornó a Santa Cruz y Ángel, para entonces de 12 años, se quedó definitivamente con Gloria y sus otros hijos, Alejandra y José Carlos, ambos de 25. “Siempre había ese cariño por José Ángel porque lo vi nacer; bueno, eso no quiere decir mucho, pues no vi nacer a José Carlos y lo quiero igualmente. Para mí, los tres son mis hijos, son el regalo más grande que Dios me pudo haber dado".

Que los amores y desamores no son una regla, están los padres biológicos que no han podido ser más distantes. “Quise que el papá de José Ángel lo conozca; pero lo vio una vez y no asumió la responsabilidad. No insistimos más. Hoy, cuando nos encontramos con la mamá biológica, prefiero no hablarle porque tenemos muchas diferencias”, explica Gloria.

Esta mamá, hay que decirlo, no ha merecido el altar que se supone se erige a las madres; por el contrario, la han criticado porque, supuestamente, al acoger a los dos niños estaba quitándole el pan de la boca a su hija. No pocos amigos y parientes le enviaron invitaciones que sólo incluían a Ángela. Caracterizada por su temple, Gloria no ha dudado, dice, porque nadie va a decidir por ella ni por sus "tres mosqueteros".

Gloria nació en los andes bolivianos y fue criada por su tía y el esposo de ésta, a quienes llama papá y mamá. Los tres migraron a Santa Cruz cuando la niña tenía diez años. La situación económica se complicó y ella decidió independizarse a los 14 años.

También es “madre” temporal de gatos y perros que rescata. Los lleva a casa, los cura, les da de comer y luego les consigue familias adoptantes. Así lo ha hecho con 25 mascotas que han pasado por sus manos, de las que han quedado con ella seis perros, dos gatas y dos loros. Todo indica que sus manos seguirán entregando amor.

Visto 1848 veces Modificado por última vez en Miércoles, 17 Junio 2015 11:26
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